La leyenda del Nodo de Sevilla se remonta al reinado de Alfonso X apodado como El Sabio, por ser un hombre de letras, culto y bajo cuyo reinado se desarrollaron todas las clases de ciencias y artes de la época, sin excepción de credo o religión.
Parece ser que Alfonso X no llevaba bien los números, el arte de gobernar, la economía o la administración pública, lo que lo llevó con todo esto al descontento general.
Su hijo Sancho IV de Castilla, apoyado por su madre Violante de Aragón, esposa del rey, se sublevó. Unos cuentan que para salvaguardar la unidad del reino y otros por las ansias de poder.
A raíz de esto, el pueblo se dividió en dos bandos: unos apoyaban al rey Alfonso X y otros a su hijo Sancho. Poco a poco sin necesidad de luchar contra su padre, Sancho se fue haciendo con todo el reino.
Sancho no quiso atacar Sevilla, donde se encontraba su padre viejo y enfermo. El monarca paso aquí los últimos días de su vida, arropado por muchos fieles nobles y eclesiásticos, y por todo el pueblo sevillano, que a través de su Ayuntamiento se manifestaron fieles al rey y en servirle en todo.
Alfonso X, como signo de gratitud a la lealtad de esas personas concedió, en 1283 al Ayuntamiento de Sevilla un símbolo a modo de lema, formado por las sílabas NO y DO con una madeja en medio.
Leyendo este criptograma es NO-MADEJA-DO (NO&DO), con la que el rey quería agradecer a la ciudad de Sevilla el hecho de no haberlo abandonado.
La leyenda del Nodo de Sevilla es bastante conocida, además podréis ver representado este criptograma en lugares como fachadas, farolas, etc.